Improbables.
Los sueños del pasado pueden ser la realidad de hoy.
Y no, no me he vuelto loca. Hace tiempo decidí que mi destino se encontraba en un único lugar del mundo, soñaba con ir allí, pensaba en todo lo que me podría ir encontrando por el camino, las experiencias que podría vivir allí...
Y resulta que dejé de soñar con ir allí.
Lo que yo no sabía era que la vida me tiene deparado algo que yo nunca hubiera imaginado. No sabéis las veces que casi voy a ese lugar del mundo, pero siempre se retrasa mi llegada. Es curioso como soñaba con encontrarme alguien especial al final del camino, algún amor del pasado... Hoy puedo decir que todo eso me espera en ese lugar.
Lo sé, es una locura. Pero al fin y al cabo, la vida se rige de esas pequeñas locuras.
No me he vuelto loca, he visto como toda mi vida se está desplazando hacia ese punto, muy lentamente. Como un amor del pasado ha acabado viviendo allí, que para mí es mágico. Estuve apunto de vivir allí hace 3 años, pero la vida me dijo: "espera un poco, aún no es el momento". Y aquí sigo, esperando la próxima oportunidad, que sé que llegará, para volver a soñar en ese sitio mágico.
¿Por qué os cuento esto?
Simple. Dejamos de soñar con imposibles porque son imposibles, cuando solo son improbables. Eso no significa que nunca vayan a poder ocurrir, misteriosamente la vida nos lleva hacia ese punto.
La gente deja de soñar porque se cansa demasiado pronto de luchar por su sueño, por ir a visitar un lugar, vivir de lo que le gusta, de controlar su vida... Y quizás lo que no sabe es que ha estado muy cerca de conseguirlo, y cuando pase el tiempo se dará cuenta que lo podría haber logrado y no lo hizo por desistir demasiado pronto.
Por muy absurdo que te digan que es un sueño, no lo dejes. Por mucho tiempo que lleves luchando por él, no te rindas. Quizás estés en el momento idóneo para que se cumpla.
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